Los encuentros
individuales tienen una máxima prioridad en el centro infantil. El trabajo de
orientación de la familia es uno de los más complejos en el centro, pero, ¿cómo
el educador se gana el afecto y respeto de los padres y logra mantener las relaciones
más estrechas con los mismos? No es muy difícil dar respuesta a esta pregunta
si en el trabajo sistemático del centro se aprovecha cada momento casual de
contacto con los padres para realizar una labor educativa con los mismos en una
relación relajada y sin formalismos que muchas veces logra más resultados que
otras vías más estructuradas de la orientación y educación de padres.
Mantener interesados a los padres por los conocimientos pedagógicos no es
cosa fácil ni rápida de lograr, requiere todo un proceso de análisis de las
características propias de forma individual y de trabajo sistemático con el
padre de familia para poder brindar la ayuda necesaria y precisa en el momento
oportuno, tener tacto para hacerse entender y no provocar una negativa rotunda
al problema que se quiere dar solución. Por ejemplo, si se necesita hablar con
los padres porque se observa dificultades en la conducta de su hijo, esto se
hará a solas, sin palabras chocantes que puedan crearle predisposición hacia el
tema o justificación del asunto. En estos casos se buscarán las palabras
apropiadas que ayuden a los padres a la comprensión y reflexión del problema, y
a su vez poder encausarlos a una solución conjunta de la dificultad de su hijo.
Esta vía se utilizará fundamentalmente cuando se desee prestar ayuda activa
a los padres cuando exista un problema concreto que se quiera resolver, lo que
de ninguna manera puede quedarse en el simple hecho de presentar el problema,
sino llevar de frente la sistematización del trabajo individual con el menor,
analizando el desarrollo de la dificultad, sus logros o necesidades de cambio
de procedimiento, hasta superar dicha dificultad en la unidad de la familia y
la institución.
Son importantes en este encuentro individual el aprender a escuchar a los
padres, sin hacer preguntas personales que puedan inquietarlos, utilizando un
trato afable y siendo hábil en enseñar lo que se pretende. El contenido de este
encuentro individual con los padres solamente debe ser conocido por ellos y el
educador, por lo que se debe valorar las condiciones en las que se realiza la
orientación en el encuentro, a fin de garantizar la necesaria privacidad
durante el mismo.
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